miércoles, marzo 16, 2011

decidir

me acuesto y me tapo, pero la habitación no está oscura, son las 3 de la tarde y la luz del día se filtra inevitablemente. es ahí cuando cierro los ojos sin querer ver, sin querer creer, sin querer saber qué hago, qué evito. trato de relajarme pero adentro mío grito y me quedo sin aire, porque sé que estoy sola y perdiendo el tiempo. pierdo los días y después no los encuentro, y después me lamento, y después lloro.
una fuerza increíblemente fuerte me hunde en la cama, me debilita el cuerpo y me presiona la cabeza hasta sentir que va a explotar. la fuerza me asfixia y siento que no tengo salida, creo que ya no hay vuelta atrás, pienso que es el comienzo del final, el final de las ganas, y el final de la búsqueda. todo se vuelve desolador, no me levantaré nunca más.
pero los peros a veces salvan, y ahora una energía supera la fuerza maldita que me quita el habla. siento un calor que envuelve mis pies, mis piernas, mis brazos... e inesperadamente logro salir de un salto de esa situación. me veo ahí, parada en el medio de la gris habitación. mis piernas tiemblan y mi cabeza sigue presionada, pero ahora la energía me tira hacia arriba, desde donde veo todo más claro. quizás la fuerza no era tan fuerte después de todo, y quizás hay algo más allá de esa habitación.
con el alma apretada decido que no, que quedarme acá no es para mí.
decido que mi cuerpo puede soportar más aún, decido que yo decido.
abro la puerta y afuera no brilla el sol, pero tampoco hay tormenta. me doy cuenta de que estoy tomando el camino largo, el camino difícil... entonces decido que depende de mí, y vuelvo a llorar, pero sin importarme ya.
decido que la fuerza no es más fuerte que yo, y que lo que me mueve es la energía.
y al fin descubro, que la energía sale de mí.

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